El control de los daños causados por la corrosión y la erosión es una de las tareas esenciales de la ingeniería cuya resolución garantiza el largo rendimiento de los objetos y construcciones. Por otra parte, a pesar de todas las medidas adoptadas para aumentar la resistencia a la corrosión de los materiales, el control y seguimiento de la aparición y desarrollo de daños por corrosión y erosión sigue siendo uno de los elementos más importantes de la Ingeniería de Riesgos. Estas tareas son relevantes para casi todas las grandes industrias: nuclear, térmica e hidroeléctrica, química y petroquímica, petróleo y gas, tuberías, transporte naval, ferroviario y automovilístico, y otras.